Despertando - reseña crítica

Lety Sahagún y Ashley Frangie, las voces de Se Regalan Dudas, uno de los podcast más escuchados de habla hispana, han creado “Despertando” para ayudarte a darle una intención a tu día y conectar contigo.

En estas páginas hallarás herramientas que te ayudarán a descubrir la mejor versión de ti. Encontrarás una guía maravillosa para conectar con el amor propio, alcanzar tu bienestar, crear nuevos hábitos que te ayudarán a crecer y mejorar tus relaciones.

¿Estás preparado? ¡Vamos!

Amor propio

Amor propio es aprender a escucharte, escuchar tu cuerpo, tu corazón y tu alma. ¿Cómo están? ¿Qué necesitan? Llénate de todo el amor que te mereces, encuentra tus formas favoritas para demostrarte amor y ponlas en práctica todos los días.

El autoconocimiento es un proceso: son las pequeñas acciones las que dan grandes resultados. Trabaja en tu relación más valiosa, que es la que tienes contigo.

Amarte es conocerte. Si no sabés por dónde empezar, sigue estos prácticos consejos:

• Rodéate de gente que te sume.
• Date tiempo para realizar actividades que disfrutes.
• Ponte límites sanos.
• Exígete lo justo para progresar sin hacerte daño.
• Cuida de tu integridad física, mental y emocional.
• Dedicate tiempo para sanar heridas y ten compasión con tu propio proceso
• Háblate con respeto y cariño, como lo harías con una persona a la que quieres.
• Siente y expresa tus emociones.

Amor propio es empezar tu día temprano, pero también es darte la chance de dormir una hora más si así lo sientes. Tú decides cómo se ve el amor propio para ti. Tú sabes qué necesitas en cada momento para sentirte bien.

El amor que recibes de otras personas es maravilloso, pero nunca será tan hermoso como el que te puedes dar a ti mismo. Es fundamental que te elijas a ti mismo. Eligete al despertar, al poner límites, elígete cuando quieras decir “si”, pero sobre todo cuando quieras decir “no”. Elígete siempre por encima de todo, y cuando no sepas qué elegir, elige lo que te dé más, elígete a ti. 

Si queremos llegar a amarnos, tenemos que empezar por conocernos. Sólo quien se conoce puede tener un concepto de sí mismo, evaluar sus luces y sombras, aceptar las segundas y sacar provecho de las primeras, respetarse, honrarse, y por último… amarse.

Todas las personas tenemos un lado A y un lado B: hay cosas que nos gustan y otras que no, cosas que nos alegran y otras que nos dan tristeza, cosas que nos suben la autoestima y otras que nos ponen tristes. Cuando conocemos los dos extremos de nuestro péndulo es más fácil traernos de vuelta al centro. 

Es importante que sepas que las cosas las vemos como somos, no como son. Lo que ves en las demás personas te muestra algo que puedes trabajar en ti. Lo que te molesta de alguien más puede indicar que es momento de poner límites. Lo que amas y admiras de quienes te rodean es algo que tú también tienes y que puedes desarrollar.

Si llevas mucho tiempo sin hablar contigo, es momento de reconectar. De escucharte con amor y honestidad para avanzar en tu camino de autoconocimiento. Escríbelo. Reconoce todo lo que has vivido y aprendido, las veces en que te has levantado y has decidido seguir adelante. Tus dones y habilidades y los motivos por los que es maravilloso ser tú.

Busca tu propósito de vida y lograrás tener un “para qué”. Le darás sentido a cada paso que das y a cada decisión que tomas. Es encontrar una misión que te guíe por cada camino de la vida y te ayude a tener una visión más clara de ella.

Guíate por lo que te mueve, te motiva, no tiene que ser algo grande, solo algo tuyo. Tu propósito está en ese punto medio entre las cosas que amas, tus habilidades y tus talentos.

Tú no eres una sola cosa ni serás para siempre como eres en este momento. Conoce todas tus facetas y explóralas. Al hacerlo verás que con el paso del tiempo, tu perspectiva sobre ciertas situaciones puede cambiar, y eso está bien. El cambio es la única constante y es increíble. ¡Suelta las ideas de ti y solo sé tú a cada momento!

Dedícale tiempo a las cosas que disfrutas, permítete sentir, procesar tus emociones y recorrer cada habitación de tu interior. La clave está en trabajar en ti, conocerte y aprender a amarte de manera incondicional. 

Autocuidado es la capacidad de conectar con nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro corazón para reconocer sus necesidades, validarlas y encontrar las mejores formas de cubrirlas, con el objetivo de tener una vida balanceada y llena de bienestar.

Bienestar

¿Cómo estás? Intenta hacerte esta pregunta un par de veces al día, justo al despertar y antes de dormir; tómate de verdad un momento para respirar, conectar contigo y responder. Enfoca toda tu atención y energía y conecta con tus necesidades.

Todas las emociones son necesarias, son pistas que te llevan a conocerte, a saber qué quieres y a mover tu energía en esa dirección. 

Identificar y nombrar aquello que estamos sintiendo ayuda a conocernos mejor, a entender por qué reaccionamos de cierta manera y a descifrar por qué a veces no sabemos qué hacer con todo lo que sentimos.

Explora tu mundo emocional y haz de él un aliado para entender qué tienes que hacer. Abraza tus procesos, cada emoción es una oportunidad para sanar, crecer y aprender un poquito más de ti. 

Si estás teniendo un mal día, recuerda que es normal sentirse mal. Es una respuesta completamente natural a la vida. Tu corazón es humano, y eso quiere decir que a veces siente enojo, miedo, tristeza, ansiedad… y es sano que lo haga. Valida cada una de esas emociones, sentirte mal no te hace débil, te hace humano.

Date permiso de pedir ayuda, de decir “hoy es un día difícil”, y después “esto también pasará”.

Al validar tus emociones te das la oportunidad de enfrentarlas y sentirlas. En el proceso es importante que aprendas a regularlas para que no te absorban por completo. 

Para volver a tu centro en medio de una situación estresante, disfruta el presente, conecta contigo, agradece lo que tienes, elimina los juicios, finalmente, suelta el control.

La ansiedad es el miedo a que las cosas que todavía no pasan no resulten como esperamos. Cuando esta llega a visitarte, lo primero que puedes hacer es respirar y después intentar analizar la situación. 

La mayoría de las veces en que sentimos ansiedad se debe a ciertos pensamientos obsesivos sobre el pasado o el futuro: tenemos una idea enterrada en la mente que nos atormenta y no nos deja en paz.

Hay días en los que te sientes triste o con ganas de llorar desde que te levantas. Crecimos pensando que esto era algo malo y que debíamos evitarlo a toda costa. Sin embargo, llorar tranquiliza, libera estrés, mejora el humor, libera endorfinas y desbloquea las emociones. ¿Qué tal si hoy te permites llorar eso que has guardado por tanto tiempo?

Cuando la frustración te domine piensa: ¿qué puedo aprender de lo que ocurrió y cómo puedo utilizarlo para crear algo mejor?

Haz las paces con el miedo, míralo de frente y transfórmalo en algo que te impulse a cumplir tus metas. No le cedas el poder de guiarte ni de tomar tus decisiones.

Hábitos

Tus hábitos son la forma en la que te desenvuelves en el mundo y determinan la calidad de tu vida. Piensa en lo que haces todos los días sin que te des cuenta, eso que ya no cuestionas y que llevas a cabo de forma automática solo porque siempre lo has hecho así. 

Elige tus hábitos. Haz una lista de tres nuevos hábitos y rutinas que te gustaría añadir a tu vida y recórrela punto por punto. Puedes empezar con cosas sencillas como cocinar algo nuevo, tomar un taller, etc. Prueba cómo te sientes y deja ir las expectativas, decide si es algo que te funciona, que cabe en tu estilo de vida y si te hace sentir bien. Trabaja en tu crecimiento día a día.

Cuando te plantees nuevos retos, ve paso a paso y tómalo con calma. No quieras comerte el mundo de un bocado; date permiso para recorrer este camino con tranquilidad, compasión y confianza.

Para lograr un cambio no necesitas empezar de cero. Haz cosas sencillas y verás cómo poco a poco tu vida va tomando un color diferente. Cambiar tus hábitos y adquirir nuevos no es un proceso fácil. Requiere disciplina, pero lograrás sacar una mejor versión de ti. 

Puedes tomar nota. En primer lugar escribir cuál es el nuevo hábito, luego establecer metas pequeñas y específicas. Te ayudará a anticipar los tropiezos que te impidan cambiar el hábito y definir un plan para evitarlos.

¿Dónde puedes poner recordatorios que veas frecuentemente? ¿Qué personas pueden apoyarte en adoptar este nuevo hábito? ¿Qué otras fuentes de motivación puedes encontrar? Monitorea tu progreso y celebra tus pequeños logros. 

Diez hábitos que pueden ayudarte a sentirte bien:

• Toma pausas para respirar.
• Mantén tus espacios limpios.
• Entra en contacto con la naturaleza.
• Activa y mueve tu cuerpo.
• Regresa al momento presente.
• Cuida tus horas de sueño.
• Usa una agenda y organízate.
• Ahorra un porcentaje de tus ingresos.
• Agenda mínimo 30 minutos al día solo para ti.
• Agradece cada día por algo de tu vida.

Recuerda que nunca es tarde para encontrar el amor, iniciar un nuevo proyecto, cumplir tus sueños, volver a empezar e intentar algo nuevo. Aprende a desconectarte del mundo para conectar con lo que de verdad importa, detecta a tus ladrones de energía. Podrían ser quejas constantes, mantenerte cerca de personas negativas, tener asuntos pendientes, no cuidar tu salud, no saber delegar, romper tus promesas.

Sal y explora el mundo. Busca las pistas que te muestren el camino hacia esa vida que tanto deseas. No procrastinar, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Solo hace que tus pendientes se acumulen y terminarás esforzándote más de la cuenta para completarlos en menor tiempo y con mayor tensión. 

Relaciones

La vida se hizo para compartirse. Parte de nuestra naturaleza es la necesidad que tenemos de conectar con otras personas. Un abrazo, una palabra, un momento compartido cambia la manera en la que vemos la vida, y sobre todo, cómo la sentimos. 

Para ello, es necesario construir relaciones auténticas. Algunas relaciones suman y nos ayudan a construir, otras hacen todo lo contrario, nos dejan sin energía y nos drenan. Tener clara la diferencia es fundamental para elegir a las personas que queremos tener en nuestra vida. Mejorar las relaciones que tenemos y dejar ir las que no nos hacen bien.

Durante mucho tiempo nos dijeron que abrir nuestro corazón, mostrar nuestras emociones y revelar nuestro yo más profundo era un signo de debilidad. Pero cada vez es más claro que mostrarnos tal cual somos y permitir que las personas que nos rodean también lo hagan es la única manera de conectar a nivel honesto y duradero. 

Para ayudarte, puedes pensar en las cinco personas que más frecuentas. Pregúntate: Del 1 al 10 ¿qué tanta conexión sientes hoy? ¿Qué te haría falta para sentirte en mayor comunión? ¿Qué acción puedes hacer hoy para acercarte a eso?

Ten en cuenta que en una relación sana hay:

• Disponibilidad emocional.
• Libertad e individualidad.
• Responsabilidad afectiva.
• Equilibrio entre dar y recibir.
• Límites claros.
• Acuerdos definidos.
• Disposición para resolver conflictos.
• Independencia física, mental o emocional.
• Gozo y disfrute.
• Respeto, valoración y apreciación por ambos lados. 

En una relación poco sana hay:

• Miedo y desconfianza.
• Eliminación parcial o total de los mundos y espacios individuales.
• Juicio, crítica o reproches.
• Desequilibrio entre lo que se da y lo que se recibe.
• Actitud de “todo se vale”, disfrazada de amor incondicional.
• Poca claridad sobre el tipo de compromiso.
• Inclinación a los conflictos.
• Codependencia.
• Drama o sufrimiento.
• Faltas de respeto, menosprecio o maltrato de cualquier tipo (emocional, psicológico, físico, verbal)

Hay una gran diferencia entre amor y apego. El amor es saber dejar ir, saber vivir en paz desde nuestra soledad y lograr apreciar la compañía de otra persona desde la gratitud. El apego es una necesidad física y emocional a otra persona que surge de nuestras inseguridades y del miedo a la soledad. 

El mejor regalo que les puedes dar a las personas es tratarlas con gentileza y cariño. Deja a un lado la negatividad y baja la guardia por un momento. Conecta desde el amor con cada una de las personas que tienes cerca. Intenta ver su luz y observa cómo se refleja en ti.

Enfócate en lo que les admiras y puedes aprender de ellos. Recuerda que todas las personas estamos enfrentando pequeñas grandes batallas de las que quizá no sepas nada. Procura que cada una de tus palabras y acciones surjan desde un lugar de amor. Para poder recibir hay que poder dar, y viceversa.

Alguien puede expresar su amor con palabras, por contacto físico, dándote tiempo de calidad, regalándote algo y ayudándote cuando lo necesitas. Date permiso de explorar nuevas maneras de querer y de estar ahí para quienes te rodean.

Las relaciones son un gran lugar de aprendizaje. Es gracias al contacto con las personas que podemos crecer, conocernos y evolucionar. 

Notas finales

Te toca a ti construir tu propio camino, escuchar a tu cuerpo, mente y corazón, reconocer cuáles son los pasos que tú necesitas dar y acercarte cada vez más a lo que se siente bien para la vida que estás construyendo.

La meta no se ve como imaginamos. La idea no es lograr despertar un día y dar por hecho que todo es perfecto, no se trata de sentir que de pronto amamos cada rincón de nosotros y que nunca volveremos a tener un mal día.

La clave está en sentirte en paz contigo, con todas tus versiones. El secreto es saber que nos esperan subidas y bajadas, que vienen emociones que nos encanta sentir y otras un poco incómodas, que habrá días en que aceptemos todo y otros en los que no queramos nada. Y todo eso está bien.

Consejo de 12min

En el microlibro basado en “Amar o depender”, el conocido psicólogo Walter Riso invita a reflexionar sobre cómo el apego se disfraza de amor y puede volver miserable la vida de muchas parejas. En su obra brinda perspectivas sobre la dependencia afectiva, cómo esta puede afectar de diferentes formas y lo que podemos hacer para evitarla o vencerla. Un libro que nos enseña que el amor no es desaparecer en el otro, sino integrarse respetuosamente.